Todo error deja una enseñanza, toda enseñanza deja una experiencia y toda experiencia deja una huella.
Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas.
Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
La mayor parte de la gente confunde la educación con instrucción.
Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.
El que está satisfecho con su parte es rico.
No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás.
Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes.
Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.