Por mucho que conozca todos los misterios que enseña el apóstol, aunque posea toda la ciencia, si no tengo caridad, no soy nada.
La caridad es una virtud del corazón y no de las manos.
La manera de dar vale más que lo que se da.
La caridad comienza en mi casa, y la justicia en la puerta siguiente.
La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.
El amor más puro y más fuerte no es el que sube desde la impresión, sino el que desciende desde la admiración.
No se queje de la crítica. Si es falsa, no haga caso pero no se enfade. Si es fruto de la ignorancia, ríase; si está justificada, no es crítica: aprenda de ella.
Un hombre es sabio mientras busca la sabiduría; si llega a creer que la ha encontrado, se convierte en idiota.
El ambicioso es un esclavo de lo que desea, el hombre libre es el que no desea nada.
Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años sólo arrugan la piel, pero el miedo arruga el alma.