Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras; el punto G está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.
La palabra verdadera no es nada más que la resonancia del silencio.
Examinad bien vuestras palabras y encontrareís que, aun cuando no teneis ningún motivo para ser falsos, es muy dificil decir la verdad exacta.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
Una palabra hiere más profundamente que una espada.
Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.
El que está satisfecho con su parte es rico.
No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás.
Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida.
Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.