La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer.
La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.
Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos.
No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura.
Toda dictadura, sea de un hombre o de un partido, desemboca en las dos formas predilectas de la esquizofrenia: el monólogo y el mausoleo