La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer.
La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.
Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos.
A las dictaduras les pasa lo que a las bicicletas; si se paran, se caen.
Toda dictadura, sea de un hombre o de un partido, desemboca en las dos formas predilectas de la esquizofrenia: el monólogo y el mausoleo
En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario.
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.
Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante.
En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.
Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.