Estar contentos con poco es difícil; con mucho, imposible.
El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestras aspiraciones sean muy altas y las desaprovechemos, sino que son demasiado humildes y las alcanzamos.
Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas.
Jamás se descubriría nada si nos considerasemos satisfechos con las cosas descubiertas.
Es mi trabajo no estar nunca satisfecho.
De querer ser a creer que se es ya, va la distancia de lo trágico a lo cómico.
La razón pura tiene que ceder su imperativo a la razón vital: la vida debe ser vital.
El amor muere porque su nacimiento fue una equivocación.
Porque el hombre siente el amor primariamente como un violento afán de ser amado, al paso que para la mujer lo primario es sentir el propio amor, la cálida fluencia que de su ser irradia hacia el amado y la impulsa hacia él.
El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama.