Observa, escucha, calla. Juzga poco, pregunta mucho.
Un hombre consecuente con su sistema de vida es ciertamente un espíritu estrecho.
Nuestra conducta es la única prueba de la sinceridad de nuestro corazón.
Casi todo lo absurdo de nuestra conducta es resultado de imitar a aquellos a los que no podemos parecernos.
Una conducta desordenada se parece a un torrente invernal de corta duración.
La ignorancia y el error son manantiales de mal humor.
La traición supone una cobardía y una depravación detestable.
La afabilidad y la indulgencia verdadera son frutos raros de la reflexión, de la experiencia y de la razón
El poder absoluto fue y será siempre la causa de la decadencia y de las desgracias de los pueblos, que tarde o temprano llegan a padecer los mismos reyes
El misántropo es la más de las veces un malvado que, no sabiendo hacerse amar de ninguno, toma el partido de aborrecer a todo el mundo