A veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo.
Lo que se deja expresar, debe ser dicho de forma clara; sobre lo que no se puede hablar, es mejor callar.
Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda.
Muchas veces lo que se calla hace más impresión que lo que se dice.
El hombre que no sabe callar tampoco sabe hablar.
Hay una cierta honradez, una cierta sinceridad, que pertenece al género indisimulable.
Un idealista es aquel que, al notar que una rosa huele mejor que una col, deduce que hará una sopa mejor.
Si ganamos aquí ganaremos en todas partes. El mundo es un hermoso lugar, vale la pena defenderlo y detesto dejarlo.
El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.
La mejor forma de averiguar si puedes confiar en alguien es confiar en él.