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Una de las glorias de la civilización sería el haber mejorado la suerte de los animales.
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Nacer es solamente comenzar a morir.
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Para reducir lo infinito a lo finito, lo inasequible a lo humanamente real, no hay más que un camino: la concentración.
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Genio es aquel que, en todo instante, sabe plasmar en hechos sus pensamientos.
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Todo parece más encantador cuando lo vemos a distancia, y las cosas toman un relieve singular cuando se observan en la cámara oscura del recuerdo