La fe en que no hay acontecimiento feliz o desgraciado al que no podamos dar un sentido enderezándolo al bien, me ha acompañado siempre y me sigue acompañando, y no estoy dispuesto a renunciar a ella, ni para mí ni para los demás.
La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano.
Se puede hacer muy poco sólo con fe, no puede hacerse nada sin ella.
Aquel que tiene fe no está nunca solo.
El hombre que tiene fe ha de estar preparado, no sólo a ser mártir, sino a ser un loco.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.