Si queréis estudiar a un hombre no prestéis atención al modo en que calla, o habla, o llora, ni siquiera en que es conmovido por las nobles ideas. Miradle más bien cuando ríe.
Reíd, y el mundo reirá con vosotros; llorad y lloraréis solos.
Siempre me ha parecido que la risa franca es una buena manera de hacer ejercicio interiormente, sin tener que salir al aire libre.
La risa más agradable es aquella a la que nos entregamos a costa de nuestro enemigos.
La risa no es un mal comienzo para una amistad y es la mejor manera de terminarla.
La conciencia es la línea recta; la vida es el torbellino. Este torbellino tan pronto lanza sobre la cabeza del hombre negrura del caos como hace brillar sobre ella un cielo azul.
La conciencia es el caos donde se agitan las quimeras, los apetitos y los intentos, el horno de los sueños, el antro de los pensamientos vergonzosos, el pandemónium de los sofismas y el campo de batalla de las pasiones.
La libertad comienza allí donde acaba la ignorancia.
Quien no es dueño de su pensamiento no es dueño de sus actos.
Fácil saber quien no tiene la razón, el que ataca en compensación.