Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.
Un verdadero espíritu de rebeldía es aquel que busca la felicidad en esta vida.
Si los rebeldes pudieran triunfar descubrirían que se habían destruido a sí mismos.
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.
En los pequeños detalles y cuando está desprevenido es cuando el hombre pone mejor de manifiesto su carácter.
Las más excelsas, las más variadas y duraderas alegrías son las espirituales.
El dolor por el deseo incumplido es mínimo comparado con el del arrepentimiento; porque aquél tiene delante el siempre abierto e inconmensurable futuro, y éste el irrevocable y perdido pasado.
Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.
El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales.