Las grandes aflicciones jamás han enseñado, y mientras dure el mundo jamás enseñarán ninguna buena lección a parte alguna de la humanidad. Las miserias extremas, igual que las más grandes dichas, dejan ciegos a los hombres.
¿Alguna vez has visto la mirada de un perro abandonado en la calle? Si lo has hecho, habrás conocido la tristeza en toda su plenitud.
Se oscurece el sol al mediodía y enmudece la música del alba cuando hay tristeza en el corazón.
La tristeza no es, en muchos casos, sino la forma más refinada de la hipocresía.
La tristeza ocupa siempre lo interior de las alegrías del hombre.
El amor es más fuerte que la muerte, y la muerte es más fuerte que el olvido.
¡La ambición! Inmortal óleo divino con que Dios purifica el barro humano.
¡Que enmudezcan nuestras lenguas y empiecen a hablar las manos!
El mayor dolor del mundo no es el que mata de un golpe, sino aquel que, gota a gota, horada el alma y la rompe.
Nada es barato ni caro, todo es igual en la vida... Las cosas valen tan sólo lo que cuesta conseguirlas