La cara no es jamás opaca del todo; el alma se muestra a través de sus muros.
El alma más fuerte y mejor constituida es la que no se enorgullece ni enerva con los éxitos y a la que no abaten los reveses.
Odio las almas estrechas; sin bálsamo ni veneno; hechas sin nada malo ni bueno.
El mejor día es el día en que el alma tiene hambre y sed.
El alma es un océano bajo la piel.
La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.
Un buen padre vale por cien maestros.
No es nada fácil abandonar la virtud; ella atormenta durante mucho tiempo a los que la abandonan.
La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
Hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos.