La cara no es jamás opaca del todo; el alma se muestra a través de sus muros.
El alma más fuerte y mejor constituida es la que no se enorgullece ni enerva con los éxitos y a la que no abaten los reveses.
Odio las almas estrechas; sin bálsamo ni veneno; hechas sin nada malo ni bueno.
El mejor día es el día en que el alma tiene hambre y sed.
El alma es un océano bajo la piel.
Prefiero los malvados a los imbéciles. Aquéllos, al menos, dejan algún respiro.
Se puede olvidar a Dios en los días felices, pero cuando el infortunio llega, siempre es preciso volver a él.
El matrimonio es una carga tan pesada que para llevarla hace falta ser dos, y a menudo tres.
Por bien que uno hable, si habla en demasía acabará diciendo alguna necedad.
El arte necesita o soledad o miseria o pasión. Es una flor de roca que necesita del viento áspero y del terreno duro.