Con la patria se está con razón o sin razón; como se está con el padre y con la madre.
Donde quiera que se esté bien, allí está la patria.
El que de pequeño respeta la bandera, sabrá defenderla cuando sea mayor.
Sólo el egoísmo y el odio tienen patria. ¡La fraternidad no la tiene!
¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?.
Ya no hay artistas como los de antaño, de aquellos cuya vida y alma eran el instrumento ciego del apetito de belleza, órganos de Dios mediante los cuales se probaba a sí mismo su existencia. Para ellos el mundo no importaba. Nadie supo nada de sus dolores. Se acostaban tristes todas las noches y contemplaban la vida humana con una mirada de asombro, igual que nosotros contemplamos un hormiguero.
Cuando uno quiere realizar una obra artística, es preciso que se eleve por encima de los elogios y de las críticas. Cuando se tiene delante un ideal claro y preciso, hay que empeñarse en dirigirse hacia él en linea recta, sin distraerse con lo que encuentra en el camino.
Cuando miramos la verdad de soslayo o de perfil, siempre la vemos mal. Son pocos los que saben contemplarla de frente.
El autor deber estar en su obra como Dios en el universo; presente en todas partes, pero en ninguna visible.
Un hombre que juzga a otro hombre es un espectáculo que me haría estallar de risa si no me diese piedad.