Con la patria se está con razón o sin razón; como se está con el padre y con la madre.
Donde quiera que se esté bien, allí está la patria.
El que de pequeño respeta la bandera, sabrá defenderla cuando sea mayor.
La patria, posiblemente, es como la familia, sólo sentimos su valor cuando la perdemos.
Sólo el egoísmo y el odio tienen patria. ¡La fraternidad no la tiene!
La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen.
Libertad es nuestra propia tiranía; tiranía es la libertad de los demás.
Una caridad que le considere como un animal doméstico mimado no será caridad, aunque le trate generosamente
¡Prensa omnipotente, señora del mundo, tú que dispones de la paz y de la guerra; tú que posees, como Dios, el don de cegar a los pueblos a quienes quieres perder, continúa impertérrita tu marcha!
Nuestro sentido hispánico nos dice que cualquier hombre, por caído que se encuentre, puede levantarse; pero también caer, por alto que parezca. En esta posibilidad de caer o levantarse todos los hombres son iguales