Los tiranos no han descubierto todavía cadenas capaces de encadenar la mente.
Toda resolución que surja de una mente ofuscada lleva a la acción torpe; pero cuando brota de la mente clara, lleva a una acción más oportuna y diestra.
Nos imaginamos que nuestra mente es un espejo que refleja con cierta exactitud lo que sucede fuera de nosotros. Pero, por el contrario, nuestra mente es en sí misma el elemento creador principal.
Las mentes grandes discuten ideas; las medianas, cosas; y las pequeñas, personas.
La mente es como el agua, cuando está calmada y en paz, puede reflejar la belleza en el mundo. Cuando está agitada, puede tener al paraíso enfrente y no reflejarlo.
El futuro es algo que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien sea.
Hemos preparado a los hombres para pensar en el futuro como una tierra prometida que alcanzan los héroes, no como lo que cualquiera alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga.
No creo que Dios quiera exactamente que seamos felices, quiere que seamos capaces de amar y de ser amados, quiere que maduremos, y yo sugiero que precisamente porque Dios nos ama nos concedió el don de sufrir; o por decirlo de otro modo: el dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos; porque somos como bloques de piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la figura de un hombre, los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen también nos hacen más perfectos.
La experiencia es un maestro feroz, pero está claro que te hace aprender.
Si los rebeldes pudieran triunfar descubrirían que se habían destruido a sí mismos.