Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tiene el mismo horizonte.
El sabio es quien quiere asomar su cabeza al cielo; y el loco es quien quiere meter el cielo en su cabeza.
Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno.
El que busca el cielo en la tierra se ha dormido en clase de geografía.
Un pedazo de Paraíso lo arregla todo
El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover.
El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.
Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.
Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
Aléjate de aquellas personas que tratan de empequeñecer tus ambiciones. Las personas siempre actúan así. Los realmente grandes te hacen sentir que tú también puedes ser grande.