Los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a la felicidad.
Saber es relativamente fácil. Querer y obrar de acuerdo a lo que uno quisiera, es siempre más duro.
El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras.
Las palabras, cera; las obras acero.
El que no sienta ganas de ser más, llegará a no ser nada.
Sucede con frecuencia que llega uno a encontrar una idea que buscaba, llega a darle forma, es decir a obtenerla, sacándola de la nebulosa de percepciones oscuras a que representa, gracias a los esfuerzos que hace para presentarla a los demás.
La falta de caridad y de amor proceden de una falta de imaginación. Una ligera molestia propia nos duele más que el espectáculo de un terrible dolor ajeno, y el propio apetito nos incita más que el pensar en todo el hambre del prójimo.
El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando.
Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.