Los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a la felicidad.
Saber es relativamente fácil. Querer y obrar de acuerdo a lo que uno quisiera, es siempre más duro.
El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras.
Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir.