En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas.
Saludable es al enfermo la alegre cara del que le visita.
La enfermedad es el tirano más temible.
Las enfermedades son los intereses que se pagan por lo placeres.
Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas.
Todo lo desconocido se supone maravilloso.
De lejos es mayor el respeto.
En un espíritu corrompido no cabe el honor.
Muchas son las leyes en un estado corrompido.