El saber es la única propiedad que no puede perderse.
No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.
Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.
Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos.
Cada día sabemos más y entendemos menos.
La más tonta de las mujeres puede manejar a un hombre inteligente, pero será necesario que la mujer sea muy hábil para manejar a un imbécil.
Cuando la tripulación y el capitán están cordialmente compenetrados, es preciso un temporal y más que un temporal para lanzar la nave contra la tierra.
Cuando quieras hacer algo, hazlo. No aguardes hasta que las circunstancias te parezcan favorables.
Los peores embusteros son nuestros propios temores.
La victoria y el fracaso son dos impostores, y hay que recibirlos con idéntica serenidad y con saludable punto de desdén.