No hay desesperación tan absoluta como la que sobreviene en los primeros momentos de nuestra primera gran tristeza, cuando todavía no sabemos lo que es haber sufrido y recibir alivio, haber desesperado y recobrar la esperanza.
La desesperación es el resultado de pretender tomarse en serio la vida con todas sus bondades, la justicia y la razón, y de cumplir con sus exigencias.
No hay situaciones desesperadas; sólo hay hombres que se desesperan en determinadas situaciones.
Una situación se convierte en desesperada cuando empiezas a pensar que es desesperada.
No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives.
No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir.
El valor nunca es mayor que cuando nace de la última necesidad.
Rendirse ante la adversidad es mostrarse de su parte.
Más reinos derribó la soberbia que la espada, más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros
Ninguna venganza mayor que un silencio mudo