El sufrimiento purifica. Aquel que sepa sufrir mejor, hará mejor obra.
Quien todo sabe sufrir, a todo puede atreverse.
En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo.
Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
No podemos ver a la virtud sin amarla, ni amarla sin ser felices.
Huye de los elogios pero trata de merecerlos.
La altivez es útil, todo hombre debe ser altivo.
La ambición está más descontenta de lo que no tiene que satisfecha de lo que tiene.
El más desgraciado de todos los hombres es el que cree serlo.