Antiguamente, cuando las fortunas se hacían en la guerra, la guerra era un negocio; ahora que las fortunas se hacen en los negocios, los negocios son una guerra.
El que quiera prosperar en sus negocios hágalos por sí mismo, y si quiere que todo le salga mal, no tiene más que confiarlos a manos ajenas.
Si el vino perjudica tus negocios, deja tus negocios.
Para hacer negocios no se requiere ingenio, basta con no tener delicadeza.
He aquí una regla fundamental en los negocios: házselo a los demás, puesto que ellos te lo harán a ti.
Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.
Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él.
El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Sino, ésta establecerá un fin para la humanidad.
Los que hacen imposible una revolución pacífica harán inevitable una revolución violenta.
Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía.