En materia de negocios, nada hay efectivo mientras no estén terminados.

Antiguamente, cuando las fortunas se hacían en la guerra, la guerra era un negocio; ahora que las fortunas se hacen en los negocios, los negocios son una guerra.

El que quiera prosperar en sus negocios hágalos por sí mismo, y si quiere que todo le salga mal, no tiene más que confiarlos a manos ajenas.

Si el vino perjudica tus negocios, deja tus negocios.

Para hacer negocios no se requiere ingenio, basta con no tener delicadeza.

He aquí una regla fundamental en los negocios: házselo a los demás, puesto que ellos te lo harán a ti.

Conozco a alguien que tiene más espíritu que Napoleón, que Voltaire, que todos los ministros presentes y futuros: la opinión pública.