Si un contemplativo se echa al agua, no probará a nadar, tratará primero de comprender el agua. Y se ahogará.
Si cabeza y corazón se contradijeran, el corazón acabaría decidiendo. La pobre cabeza cede siempre, porque es la más prudente.
Hay que pensar como hombre de acción y actuar como hombre pensador.
Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa.
Cuida tus pensamientos porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque formarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida.
El que revela el secreto de otros pasa por traidor; el que revela el secreto propio pasa, hijo mío, por imbécil.
Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
La tristeza es una enfermedad en la que cada paciente debe tratarse a sí mismo.
El que tiene miedo de la pobreza no es digno de ser rico.
La imaginación es la loca de la casa.