Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza.
La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte.
La ira ofusca la mente, pero hace transparente el corazón.
La ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde.
La cólera no nos permite saber lo que hacemos y menos aún lo que decimos.
Nadie nace libre de vicios. El hombre más perfecto es el que tiene menos.
La virtud es el punto medio entre dos vicios opuestos.
Adorador tibio y poco asiduo de los dioses, mientras ando errante en pos de una loca filosofía, ahora me veo obligado a torcer en opuesta dirección mi nave y a recorrer rumbos antes abandonados.
Cuanto más uno se niegue a sí mismo, tanto más recibirá de los dioses.
Prefiero pasar por necio o estúpido, con tal de que mis faltas me den placeres e ilusiones, que ser sabio a rabiar.