Quizá, el camino más directo para conquistar la fama sea el afirmar con seguridad y pertenencia y, por cuantos modos sea posible, el haberla conquistado.
Vuestra fama es como la flor; que brota y muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la acerba tierra.
No se alcanza la fama reclinado en blanda pluma, ni al abrigo de colchas.
La fama trae la soledad. El éxito es tan frío como el hielo y tan poco hospitalario como el Polo Norte.
A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
Cuando nos atacamos los unos a los otros, los golpes dan generalmente sobre una máscara de hierro. Nunca atacamos al hombre que está debajo de la máscara, porque no le conocemos; pero si le conociéramos, no le atacaríamos, porque nos parecería bueno, de nuestra misma bondad.
Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad.
En la primavera del amor los amantes hablan de lo porvenir; en el ocaso hablan de lo pasado.
No basta un gran amor para retener a la persona que se ama, si al mismo tiempo no llenamos su existencia de un rico contenido, innecesariamente renovado.
La fortuna, el triunfo, la gloria, el poder, pueden aumentar la felicidad, pero no pueden crearla. Sólo los afectos la dan.