La mediocridad es excelente en los ojos de los mediocres.
Lo que nunca deseo, ni siquiera en los peores momentos, es un estado intermedio entre lo bueno y malo, una especie de término medio tibio y soportable. No, preferible exagerar el arco -mejor un martirio aún peor y en compensación los momentos felices tanto más esplendorosos.
Frente a la muchedumbre, los mediocres son los más elocuentes.
La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.
En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.
El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.
Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.
Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.
Para mí, la belleza es la maravilla de las maravillas. Sólo los superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.
Cuando los vicios nos dejan, nos envanecemos con la creencia de que los hemos dejado.