Aquellos que padecen una indigestión o una borrachera no saben lo que es comer ni lo que es beber.
La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver.
El exceso es un defecto.
El hombre cuya opinión nunca varía es semejante al agua estancada, y engendra reptiles en su mente.
Si el loco persistiera en su locura, se volvería sabio.
Es más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo.
Si estás siempre listo a expresar tu opinión, el vil te evitará
Para la abeja laboriosa no hay tiempo de estar triste