Todas las generalizaciones son peligrosas, incluida ésta.
No hay ardid más fácil para convencer de ignorancia a un adversario que preguntarle por cosas evidentes, porque éste, ingenuamente, se figura que hay hondos y remotos sentidos tras la evidencia inmediata.
No puede conseguirse ningún progreso verdadero con el ideal de facilitar las cosas.
Ninguna prueba, ninguna rectificación ni desmentido puede anular el efecto de una publicidad bien hecha.
Muy pocos grandes hombres proceden de un ambiente fácil.
El anarquista que pretende mejorar el mundo es un fenómeno que carece en absoluto de sentido. Lo más grotesco de él es su frecuente pretensión de tener razón, mientras el universo está equivocado