Las dichas y las desdichas suelen andar tan juntas, que tal vez no hay un medio que las divida: andan el pesar y el placer tan aparejados, que es simple el triste que se desespera y alegre el que se confía.
Cuando la tripulación y el capitán están cordialmente compenetrados, es preciso un temporal y más que un temporal para lanzar la nave contra la tierra.
Aparta la imaginación de los sucesos adversos que te podrán venir; que el peor de todos es la muerte, y como ésta sea buena, el mejor de todos es morir.
Si quieres inmunizarte contra la adversidad, suplica a los dioses invisibles que con tu felicidad mezclen también sufrimiento.
Suceda lo que suceda, aun en los días más borrascosos, las horas y el tiempo pasan.
El precio de la grandeza es la responsabilidad.
La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.
Un optimista ve la oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.
Esforzaos por mantener las apariencias: el mundo os dará crédito para el resto.
Una buena conversación debe agotar el tema, no a sus interlocutores.