El primer favor denegado anula todos los anteriores.
Aceptar un favor de un amigo es hacerle otro.
Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor.
El que hace un favor a quien lo merece, él mismo lo recibe.
La risa más agradable es aquella a la que nos entregamos a costa de nuestro enemigos.
Una palabra nos libra de todo el peso y el dolor de la vida. Esa palabra es: Amor.
La alegría más grande es la inesperada.
Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo.
Los hijos son las anclas que atan a la vida a las madres.