A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Pensar es como vivir dos veces.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano.
Sólo hay un remedio para el amor: amar más.
La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos.
Cualquier hombre que tenga más razón que sus prójimos ya constituye una mayoría de uno.
Las cosas no cambian; cambiamos nosotros.
La bondad es la única inversión que nunca quiebra.