Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras; el punto G está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.
La palabra verdadera no es nada más que la resonancia del silencio.
Examinad bien vuestras palabras y encontrareís que, aun cuando no teneis ningún motivo para ser falsos, es muy dificil decir la verdad exacta.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
Una palabra hiere más profundamente que una espada.
Sepan los jovenes que dado el gran número y variedad de pecados que por todas partes nos acechan, requiere más discrección y constancia evitar el mal, que mantenerse en el bien.
¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre!
No hay cosa por fácil que sea, que no la haga difícil la mala gana.
Lo comprado al precio de muchos ruegos, es caro.
No esperes que tu amigo venga a descubrirte su necesidad; ayúdale antes.