Antes que nada y sobre todo, prodiguemos la luz. Todo saneamiento comienza por un amplio abrir ventanas. Abramos las inteligencias de par en par. Ventilemos las almas.
El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta.
Los médicos no son para eso; su misión es recetar y cobrar; el curarse o no es cuenta del enfermo.
La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer.
Para tener buena salud lo haría todo menos tres cosas: hacer gimnasia, levantarme temprano y ser persona responsable.
A menudo, la fortuna nos hace pagar muy caro lo que creemos que nos ha regalado.
Me gusta más la verdad cuando soy yo quien la descubre que cuando es otro quien me la muestra.