Los intereses particulares hacen olvidar fácilmente los públicos.
No hay más alianzas que las que trazan los intereses.
No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de interesarse.
Nos interesan los demás cuando se interesan por nosotros.
Más que las ideas, a los hombres los separan los intereses.
Una gran filosofía no es la que instala la verdad definitiva, es la que produce una inquietud.
A cada día le bastan sus temores, y no hay por qué anticipar los de mañana.
Les he dado mi pan, ¡vaya negocio! Tendrán hambre esta noche, tendrán hambre mañana. La religión de Cristo, es una religión de desesperación, porque desespera de la vida y sólo tiene esperanza en la eternidad
Amar es dar la razón al ser amado que no la tiene
A cada día la bastan sus temores, y no hay por qué anticipar los de mañana