Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras; el punto G está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.
La palabra verdadera no es nada más que la resonancia del silencio.
Examinad bien vuestras palabras y encontrareís que, aun cuando no teneis ningún motivo para ser falsos, es muy dificil decir la verdad exacta.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
Una palabra hiere más profundamente que una espada.
Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.
Pocos ven lo que somos pero todos ven lo que aparentamos.
En todas las cosas humanas, cuando se examinan de cerca, se demuestra que no pueden apartarse los obstáculos sin que de ellos surjan otros.
No puede haber grandes dificultades cuando abunda la buena voluntad.
El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo.