Entre las cualidades más esenciales del espíritu humano está la confianza en uno mismo y el crear confianza en los demás.
La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas.
La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.
Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar.
Nuestro ánimo se inclina a confiar en aquellos a quienes no conocemos por esta razón: porque todavía no nos han traicionado.
Hay una cierta honradez, una cierta sinceridad, que pertenece al género indisimulable.
Un idealista es aquel que, al notar que una rosa huele mejor que una col, deduce que hará una sopa mejor.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
Si ganamos aquí ganaremos en todas partes. El mundo es un hermoso lugar, vale la pena defenderlo y detesto dejarlo.
El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.