El que es prudente es moderado; el que es moderado es constante; el que es constante es imperturbable; el que es imperturbable vive sin tristeza; el que vive sin tristeza es feliz; luego el prudente es feliz.
Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.
No hables mal del puente hasta haber cruzado el río.
Nadie prueba la profundidad del río con ambos pies.
El hombre prudente no está dispuesto a someterse a ninguna responsabilidad que su deber no le imponga.
Júzgate digno de toda palabra y acción acorde con la naturaleza; y no te desvíe de tu camino la crítica que algunos suscitarán o su propósito; por el contrario, si está bien haber actuado y haber hablado, no te consideres indigno. Pues aquéllos tienen su guía particular y se valen de su particular inclinación. Mas no codicies tú esas cosas; antes bien, atraviesa el recto camino consecuente con tu propia naturaleza y con la naturaleza común; pues el camino de ambas es único.
Vas a buscar retiros lejanos en el campo, junto al mar, en las montañas y nunca dejas de esforzarte tú mismo por satisfacer siempre los mismos deseos. ¡Qué singular es este afán, ya que siempre puedes, cuando quieres, a tu hora, encontrar un asilo en ti mismo!
Dios mío, dame el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, la serenidad para aceptar las que no puedo cambiar y la sabiduría para distinguir entre las dos.
Lo que no es útil para la colmena no es útil para la abeja.
Si la fama sólo llega después de la muerte, no tengo prisa en conseguirla.