Los hombres grandes son aquellos que sienten que lo espiritual es más poderoso que cualquier fuerza material y que son las ideas las que rigen el mundo.
La grandeza y el honor son como los perfumes: los que los llevan, apenas los sienten.
La grandeza de un hombre reside en saber reconocer su propia pequeñez.
No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande.
El hombre que se levanta es aun más grande que el que no ha caído.
No hay ardid más fácil para convencer de ignorancia a un adversario que preguntarle por cosas evidentes, porque éste, ingenuamente, se figura que hay hondos y remotos sentidos tras la evidencia inmediata.
No puede conseguirse ningún progreso verdadero con el ideal de facilitar las cosas.
Ninguna prueba, ninguna rectificación ni desmentido puede anular el efecto de una publicidad bien hecha.
Generalizar siempre es equivocarse.
El anarquista que pretende mejorar el mundo es un fenómeno que carece en absoluto de sentido. Lo más grotesco de él es su frecuente pretensión de tener razón, mientras el universo está equivocado