Quizá, el camino más directo para conquistar la fama sea el afirmar con seguridad y pertenencia y, por cuantos modos sea posible, el haberla conquistado.
Vuestra fama es como la flor; que brota y muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la acerba tierra.
No se alcanza la fama reclinado en blanda pluma, ni al abrigo de colchas.
La fama trae la soledad. El éxito es tan frío como el hielo y tan poco hospitalario como el Polo Norte.
A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
Los mejores momentos del amor son aquellos llenos de una dulce melancolía, en que uno llora sin saber porqué, y se resigna dulcemente a una desgracia ni siquiera vislumbrada.
Nadie se convierte en hombre si antes no ha adquirido una gran experiencia de sí mismo con la que se revela a sus propios ojos, se forja un juicio sobre sí mismo y determina así en cierto modo su destino y su vida.
El hastío es la más estéril de las pasiones humanas. Así como es hijo de la nulidad, es también padre de la negación, ya que no sólo es estéril por sí mismo, sino que esteriliza del mismo modo a cuanto toca o se le acerca.
Los antepasados son lo más importante para quien no ha hecho nada.
Para la felicidad son menos nefastos los males que el aburrimiento.