El verdadero discípulo es el que supera al maestro.
El principal maestro de los hombres en las acciones de la vida es el infortunio.
Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.
Del hablador he aprendido a callar; del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros.
No se preocupe por sus dificultades en las matemáticas. yo puedo asegurarle que las mías son todavía mayores.
Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo, es cosa que también lleva consigo el placer constante.
Tendríamos menos disputas en el mundo si se tomaran las palabras por lo que son, signos de nuestras ideas solamente, y no por ellas mismas