No tenemos que adquirir la humildad. La humildad está en nosotros, lo que pasa es que nos humillamos delante de falsos dioses.
La humildad es la madre, la raíz, la fuente nutricia, el fundamento, el vínculo con todas las demás virtudes.
Ser humilde para con los superiores es un deber; para con los iguales, una muestra de cortesía; para con los inferiores, una prueba de nobleza.
La humildad, que no abunda entre los doctos, aún es menos frecuente entre los ignorantes.
Cuando no hay humildad, las personas se degradan.
El pensamiento está libre de impuestos.
No hay manto ni sayo que peor siente a la mujer que el querer ser sabia.
Usted no es solamente responsable de lo que dice, sino también de lo que no dice
Poseo tres perros feroces: ingratitud, soberbia y envidia. Cuando estos tres perros muerden, la herida es muy profunda
Mi risa es mi espada, y mi alegría, mi escudo