Es un hombre sabio el que conoce a su propio hijo.
Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.
El hacer el padre por su hijo es hacer por sí mismo.
Pero yo había nacido para ser mi propio destructor, y no pude resistirme a esa oferta más de lo que pude renunciar, en su día, a mis primeros y fatídicos proyectos, cuando hice caso omiso a los consejos de mi padre.
La humanidad progresa. Hoy solamente queman mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mi.
La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.
Los sentimientos de amor y temor de Dios no tienen su origen en Dios, si no en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende sea su padre.
Todo lo que trabaja para el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra.
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.