No pudiendo cambiar los hombres, se cambian sin tregua las instituciones.
La ley es inexorable, como los perros: no ladra más que al que va mal vestido.
La ley suprema es el bien del pueblo.
La multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios.
Cuando los hombres son puros, las leyes son inútiles; cuando son corruptos, las leyes se rompen.
A un hombre sólo le pido tres cosas: que sea guapo, implacable y estúpido.
Cualquier mujer que aspire a comportarse como un hombre, seguro que carece de ambición.
La cura para el aburrimiento es la curiosidad. No hay cura para la curiosidad
No me importa lo que se escriba sobre mí, siempre y cuando no sea cierto
Las dos palabras más bellas de la lengua inglesa son: cheque adjunto