No se comprende absolutamente nada de la civilización moderna si no se admite antes que es una conspiración universal contra cualquier tipo de vida interior.
De la misma manera que ha habido estados-nación, habrá naciones-relación. De la misma manera que ha habido fronteras que separaban y diferenciaban, habrá fronteras que distinguirán y unirán, y que no distinguirán más que para unir.
Las ciudades son el abismo de la especie humana.
El camino de la civilización está pavimentado con envases de hojalata.
Como los individuos, las naciones nacen y mueren; pero la civilización no puede morir.
El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor.
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.
No puede terminarse con la explotación del pobre por medio de la destrucción de unos cuantos millonarios, sino eliminado la ignorancia del pobre y enseñándole a no cooperar con sus explotadores.
Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.
No hay camino para la paz; la paz es el camino.