No hay camino para la paz; la paz es el camino.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados los Hijos de Dios.
La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón.
La paz comienza con una sonrisa.
Que tu pensamiento no rebase el tiempo presente; he aquí el secreto de la paz.
Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.
Hace uno bien en alabarse a sí mismo, cuando no encuentra otro apologista.
El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento.
En el estudio no existe la saciedad.
La filosofía es una meditación de la muerte.